En esta época del año, una de las mejores cosas que hay son
los níscalos. Me encanta aprovechar los días soleados de otoño para ir al pinar
a por ellos, aunque no se me da muy bien encontrarlos, lo mejor es el rato que
se pasa con la familia.
Este año me los han dado (gracias Chaparro), no he ido a por ellos. Si a
alguien se le antoja irse con la cestita al pinar, que se saque primero la
licencia para poder cogerlos, porque al parecer están poniendo multas a diestro
y siniestro.
Estos hongos se pueden hacer de mil maneras: a la plancha,
rebozados, guisados con patatas... Pero hoy os voy a enseñar una receta que me
encanta, y así es como se comen los níscalos en mi familia desde que tengo uso
de razón. Tomad nota...
Ingredientes:
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Níscalos
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Chorizo
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Jamón
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Huevo cocido
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Ajo
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Cucharadita de harina
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Pimentón
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Guindilla (cayena)
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Sal
- Aceite
Elaboración:
Tanto si compráis los níscalos en una tienda como si los cogéis vosotros
mismos, lo primero es lavarlos. Como tienen mucha tierra yo los lavo uno a uno y luego los echo en el fregadero todos juntos y los doy otra agua o dos. Hay
que limpiarlos bien, pero no demasiado para no pierdan el sabor.
Cuando estén bien limpios se ponen a cocer en una olla,
sartén o cazuela. Sin agua, sólo con sal. Al cocer, ellos soltarán su jugo.
(Así se pueden conservar más tiempo, en su agua de cocción
en la nevera y tienes los níscalos listos para hacerlos de la manera que más te
guste.)
Para seguir con nuestra receta picamos unos ajitos, chorizo,
jamón y huevo cocido. Yo le pongo poca cantidad de todo esto, porque es solo
para que le dé sabor. Personalmente, me gusta más morder el níscalo, que
encontrarme tropezones de carne. Pero para gustos, ya sabéis...
A continuación, lo ponemos en una sartén con aceite
para que se dore .
Cuando haya cogido colorcito se le echa una cucharadita de
harina y se remueve hasta que se cocine (la harina)
Luego añadimos el huevo cocido picado y un poquito de pimentón
Si os gusta le podéis poner una cayena, para darle un toque
de picante. Si se espolvorea, picará más que si se echa entera.
Finalmente, se deja un poco a fuego lento y tapado para que
se terminen de ligar todos los sabores.
Y ya tenemos este rico manjar “a estilo pueblo”
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